Una sombra en el camino de la solidaridad: la discriminación regional en las Perspectivas Financieras 2007-2013
Extracto del libro "50 años de la UE" de la delegación socialista del Parlamento EuropeoLa Unión Europea se embarca en una sucesión de aniversarios (vigésimo aniversario del ingreso de España y Portugal, quincuagésimo de la CE) que se aprovechan para insistir en la gran utopía comunitaria de nuestros fundadores y, por qué no, en los matices del no menor sueño nuestro actual de seguir uniendo países, pueblos y ciudadanos en paz y con economía sana, dispuestos a ejercer una influencia determinante en el mundo con esos benéficos objetivos.
Efemérides tan justamente floreadas pueden, sin embargo, denotar un cierto ensimismamiento. Conviene al hacer balance positivo, y adherirse al general entusiasmo, anotar algunos yerros, grandes y leves, en los que si no el hombre, al menos las instituciones, no deberían tropezar por segunda vez. Quiero aprovechar, pues, la ocasión para recordar algo que muchos calificarán de simple anécdota o pecado muy liviano pero que a mí me parece un precedente vergonzoso: la discriminación de algunas regiones en un documento tan importante como las “Perspectivas financieras 2007-2013”.
Con el Acta Única Europea en 1987, la cohesión económica y social es un imperativo político que se basa en la solidaridad comunitaria, especialmente en relación con las regiones menos favorecidas. El mecanismo empleado para llevar a cabo una política de desarrollo regional efectiva y para avanzar en la convergencia real entre las diferentes regiones de la Unión fue la reforma de los Fondos Estructurales.
Desde 1993 la política de cohesión se ve incrementada con el Fondo de Cohesión, destinado al desarrollo de los sectores del medio ambiente y de las redes transeuropeas, para los Estados Miembros con rentas per cápita inferiores al 90 % de la media comunitaria. El instrumento financiero de entonces permitió la concesión de fondos a Irlanda, Grecia, Portugal y España por un montante de 15.150 millones de ecus para el período que llegaba a 1999. A partir del 1 de enero de 2000, los recursos disponibles fueron de 18.000 millones de euros (2000-2006).
El tercer informe sobre la cohesión económica y social "Una nueva asociación para la cohesión", adoptado por la Comisión Europea en febrero de 2004, destacó el aumento de las disparidades regionales con la ampliación de 1 de mayo a diez nuevos estados miembros. Así, el 92% de la población de los nuevos países vive en regiones cuyo PIB per capita representa menos del 75% de la media de la UE25.
Con el fuerte impacto del ingreso de 2004 se produjo el llamado “efecto estadístico” por el que unas regiones que estaban en el objetivo de ayuda 1 con la frialdad de las cifras lo perderían en la EU25. Es la virtualidad de la estadística pues el nivel de desarrollo o de convergencia real sigue en su mismo lugar. Conscientes de ese grave problema los dirigentes de diecisiete regiones europeas, a iniciativa de la asturiana, se reunieron en Oviedo y suscribieron la Declaración de 22 de Marzo 2004, a la que dieron el nombre de esa histórica ciudad, otrora capital de España y una de las primeras urbes europeas.
Como no podía ser menos, se aceptó esa denuncia, en el párrafo número 22 del Acuerdo del Consejo Europeo sobre las Perspectivas Financieras para el periodo 2007-2013, de diciembre del 2005, indicándose que "las regiones que se beneficiarán de las intervenciones de los Fondos Estructurales dentro del objetivo de la Convergencia son las que tienen un PIB per cápita, calculado en paridad de poder adquisitivo y en base a los datos del período 2000-2002, inferior al 75% de la media de la UE25".
Para estas regiones, en el párrafo 39 (a) se preveía una financiación decreciente a lo largo de todo el período: en 2007 recibirán el 80% del nivel de ayuda per cápita que reciban en 2006, con una reducción lineal hasta el nivel de ayuda per cápita que en 2013 reciban las regiones incluidas en el objetivo competitividad regional y empleo.
Sin embargo para algunas regiones el itinerario que siguió la situación fue errático y discriminante, pues resulta que Alemania (Brandenburgo, Luneburgo, Leipzig y Halle), Grecia (Macedonias Central y Occidental y el Ática) y Austria (Burgenland) gozan de una excepción en el documento de la presidencia luxemburguesa del primer semestre de 2005, repetido en el de la británica del segundo semestre del mismo año, por el que se establecieron las bases de las perspectivas financieras 2007-2013. Para esas ocho regiones se amortiguó totalmente el bajonazo, dejándolo en una benigna disminución de apenas el 4%. Esta sorprendente excepción afectó a más del 70% de la población de las regiones afectadas por el "efecto estadístico" y dejó fuera al resto: 5 millones de personas, pertenecientes a Asturias, Murcia, Basilicata, Ceuta, Melilla y la portuguesa Algarve.
Naturalmente algo tan extraño fue ampliamente resaltado en las reuniones de Coreper, por el embajador Bastarreche, en las de Ministros, por el Sr. Moratinos y otros cancilleres, y en el propio Consejo por la representación española. También se debatió simultáneamente en las Comisiones del Parlamento Europeo, donde fueron frecuentes los posicionamientos conjuntos de los parlamentarios que proveníamos de esas regiones afectadas.
La presidencia luxemburguesa mostró varias veces su comprensión hacia nuestra postura de forma verbal y amistosa pero sin darse por aludida de que ella era la responsable máxima de la redacción del llamado “negotiating box” que contenía la discriminación. En la mañana del 21 de abril de 2005 mantuve en sede parlamentaria una conversación con el primer ministro Jean Claude Juncker, en la que éste, europeísta donde los haya, me dio a entender que trataría de darnos satisfacción, lo que a todas luces resultó incierto pues horas después distribuía un nuevo documento de trabajo en el que la perversa cláusula simplemente cambiaba de sitio. Juncker ese día estaba demasiado preocupado por Blair, su inmediato sucesor en la Presidencia del Consejo, que ya velaba sus armas contra la Política Agrícola Común y otras políticas tradicionales de la UE.
En el Parlamento Europeo, el Presidente de los socialistas, el alemán Martin Schulz, ante el acuerdo del Consejo de diciembre de 2005 señaló y lamentó que los gobiernos hubiesen recortado 35.000 millones de euros de las políticas destinadas al crecimiento y empleo, así como otras mermas importantes de la lucha contra la delincuencia y la intervención en asuntos internacionales.
La bajada de los fondos del nuevo periodo hay que asumirla pero no la diferencia de trato. Muchas veces me he preguntado el por qué de que una discriminación tan sofisticada se mantuviera en el documento final.
Todos los Estados Miembros deseaban el consenso por encima de todo. Cada cuál fue obteniendo sus necesidades más perentorias. La parte española consiguió, en efecto, ser receptora de fondos con saldo favorable durante todo el periodo, sacó adelante extras para Ceuta, Melilla y Canarias y, en una gran y nunca bien ponderada jugada, los fondos adicionales de inmigración y los tecnológicos, de investigación e innovación. El gobierno nacional consciente, no obstante de que con Asturias y Murcia se seguía produciendo una discriminación inversora, se apresuró a anunciar compensaciones suficientes en la distribución de otros fondos cuya tutela le corresponde. Así, en Asturias, el Estado interviene decisivamente invirtiendo en la importante carretera de La Espina a Ponferrada. De la misma forma procedieron Portugal- menos definidamente- e Italia con las regiones discriminadas.
Para el futuro habrá que tener mucho cuidado con la evolución de nuestro campo y de nuestro tejido industrial, pues las barreras del mercado y la disminución de producciones ya se vendieron una vez por unas ayudas que ahora van a disminuir drásticamente. La respuesta de la economía española dice que ha merecido la pena; de nuestro esfuerzo, ya menos ayudado, va a depender que así siga siendo.
Barcelona, 13/02/2007